Para los países y sus empresas es muy importante proteger e
incentivar la compra de sus productos, para que el mercado funcione bien y
tenga éxito. Por lo mismo, es necesario establecer un tipo de regulación a los
productos que se importan, aparte de los impuestos, para que su entrada al país
sea más difícil y limitada. Sin embargo, muchas veces estas medidas tienen como
consecuencia un alza en los precios, debido a que no hay mayor competencia
entre un mismo producto. A pesar de la globalización y el libre comercio,
muchos países continúan aumentando sus barreras no arancelarias, y esto es
visto por muchos expertos como una forma de proteccionismo a la industria
nacional, sobre todo en el área de alimentos.
Dentro de las barreras no arancelarias se encuentran las de
tipo sanitarias, que corresponden a normas relativas a la salud, las que
aplican a medicamentos, maquillaje y alimentos principalmente.
Es habitual que un país ponga requisitos bien específicos que
debe cumplir cierto producto para que éste pueda ingresar al mercado nacional. Esto
es bueno para los consumidores cuando se restringe la entrada de un producto
que puede ser dañino para la salud o peligroso para las personas. En este caso
el gobierno actúa como una barrera para proteger a la población y que ésta no
corra riesgos, y como un medidor de la calidad de los productos, para que los
estándares sean altos y haya una buena oferta en el mercado.
También están las cuotas arancelarias, que restringen la
cantidad de productos que se pueden ingresar.
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