lunes, 26 de agosto de 2013

El costo de la calidad


Desde que existe la educación privada se ha comparado en diferentes ámbitos con la educación pública y lamentablemente la realidad de nuestro país demuestra que la primera proporciona mejor oportunidades a sus estudiantes.
 
De ahí que desde el año 2006 los estudiantes de Chile han peliado por una educación gratuita y de calidad, pero el tema va más allá, puesto que la economía del estado que asigna los recursos para la educación pública no está siendo eficiente.
 
Colegios emblemáticos como el Instituto Nacional o el Liceo Carmela Carvajal siempre han tenido buenos resultados en evaluaciones como el SIMCE o la PSU cada año. Por ejemplo este año el Instituto Nacional fue el colegio municipal con más puntajes nacionales.
 
Sin embargo, a nivel general, predominaron los colegios privados, con dos puntajes nacionales cada uno en promedio y que además están ubicados en el sector Oriente de la capital. Colegios como The Andree English School, Santiago College, el Colegio Cordillera y el emblemático Colegio del Verbo Divino.

 
 
Por lo tanto, en términos económicos, se podría decir que " precio y calidad" van de la mano porque evidentemente, a pesar de que algunos colegios municipales tengan buenos resultados y lideren los rankins, son los colegios privados quienes tienen más de un lugar y a la larga generan mejores expectativas y resultados de trabajo y opciones de ingreso a la universidad.
 
289.692.417.254, es la cifra que el Estado chileno invierte cada año en educación pública, por lo tanto,  para que se igualara el nivel de ambas educaciones. El Estado tendría que realizar una gran inversión en la educación pública, con el fin de acercarse a las óptimas condiciones que tienen los profesores, como sueldos y comodidades, además  de infraestructura y  diferentes servicios que ofrecen los colegios privados, como actividades extracurriculares, deporte, electivos, incluso preuniversitarios para alumnos de enseñanza media próximos a dar la PSU.
 
Es un tema complicado, por el que los estudiantes luchan día día, exigiendo su derecho a tener una educación digna y sin ir más a lejos, a alcanzar las mismas oportunidades que todos los chilenos deberíamos tener para progresar y crecer de manera productiva.
 
Por Javiera García y Constanza Vergara

 

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